Ir al contenido principal

Una casualidad permite identificar a las cuatro monjas que clasificaron medio millón de estrellas


Monjas de Maria Bambina utilizan microscopios para revisar las placas de vidrio en su estudio de las estrellas - CNS/Observatorio del Vaticano

Trabajaron once años en el gran proyecto astronómico del siglo XX

Un hallazgo prácticamente casual ha puesto punto y final a uno de esos pequeños misterios vaticanos: la identidad de las cuatro mujeres que trabajaron durante décadas para catalogar casi medio millón de estrellas como parte de un proyecto internacional.

El autor material del descubrimiento ha sido el veterano jesuita y astrónomo de 93 años Sabino Maffeo, encargado de custodiar el archivo del Observatorio Astronómico del Vaticano. Pero gran parte del mérito lo tiene la periodista americana Carol Glatz, del Catholic News Service, que ha lanzado al estrellato a cuatro monjas que sirvieron a Dios y a la Iglesia donando parte de su vida al principal proyecto astronómico del siglo pasado, la elaboración de un “Catálogo Astrográfico”.

Hasta hace pocos días, el único rastro que se tenía de ellas era una antigua fotografía de época en blanco y negro en la que dos miraban un microscopio y otra tomaba nota de los cálculos.

Su historia comenzó en 1887, en vísperas de la Exposición Internacional de París, cuando astrónomos de todo el mundo acordaron distribuirse porciones del cielo nocturno para hacer un riguroso mapa celeste a base de fotografías. La misión suponía catalogar gráficamente estrellas y determinar la posición exacta de todos los astros.

En total, veintiún observatorios astronómicos de todo el mundo, entre ellos también el español de San Fernando, en Cádiz, asumieron esta delicada y lenta tarea. Pensaron que tardarían diez o quince años, pero fueron muchos más.

Un religioso italiano consiguió convencer al entonces papa León XIII de que valía la pena que la Santa Sede participara. Aprovechando la ocasión, en 1891 el pontífice restableció el Observatorio Vaticano. Con esta medida quería mostrar que la Iglesia apoyaba el progreso científico.

Para afrontar el proyecto, la Specola Vaticana se hizo con un gran telescopio y construyó una cúpula giratoria de 8 metros en la Torre de los Vientos, a pocos minutos de la basílica de San Pedro.

Con el paso de los años, llegó un nuevo director al Observatorio Vaticano. El sacerdote tenía una formación científica diferente y no se veía capacitado para el proyecto. Por eso, visitó otros observatorios para ver cómo se organizaban para este ingente trabajo.

«Lady computers»
Encontró la solución a sus problemas en Greenwich: Las llamaban “lady computers”, mujeres seleccionadas por su precisión a la hora de calcular las coordinadas. Como no habían llegado aún los tiempos en los que era normal que mujeres trabajaran en el Vaticano, pensó que la solución más apropiada era pedir ayuda a una congregación femenina de monjas.

Carol Glatz reconstruye cómo el sacerdote escribió al convento más cercano al observatorio, las Monjas de María Bambina, que aún hoy son las que viven más cerca del Vaticano.

Cuenta el archivista Sabino Maffeo que a la congregación no le entusiasmó la idea de “malgastar” dos monjas con algo que no tenía nada que ver con obras de caridad, pero que la superiora aceptó porque pensaba que detrás de las solicitudes que recibía el convento siempre estaba la mano de Dios.

En 1910 comenzaron a trabajar en el Observatorio Vaticano dos religiosas, y más adelante se incorporaron otras dos más. Se llamaban Emilia Ponzoni, Regina Colombo, Concetta Finardi y Luigia Panceri. Sabino Maffeo ha descubierto sus nombres por casualidad, ordenando viejos documentos del archivo.

Mientras dos de ellas hacían los cálculos en paralelo, otra anotaba los valores. Trabajaron once años, hasta 1921, y según la periodista Carol Glatz analizaron el brillo y la posición de 481.215 estrellas.

La reportera americana reconstruye cómo el Papa Benedicto XV les dio las gracias en persona, y cómo Pío XI les entregó una medalla de plata. El fruto de su trabajo, un catálogo de diez volúmenes, menciona su “prontitud y diligencia” y su “celo superior a cualquier elogio, para un trabajo tan extraño a su misión”.

Astrónoma, botánica y santa
El Observatorio Vaticano fue uno de los diez que completaron el trabajo encomendado. Cuando el proyecto internacional se cerró en 1964, los observatorios habían catalogado 5 millones de estrellas. Efectivamente, la Carte du Ciel no llegó a completarse, y el material del catálogo era tan abundante (254 volúmenes) que no se pudo utilizar. Pero los cálculos de estas monjas y de cientos de hombres y mujeres fueron reutilizados para comparar la posición actual de las estrellas con la registrada hace un siglo.

En cualquier caso, estas cuatro monjas no son las primeras religiosas que afrontan sin miedo los misterios de la Ciencia. El sacerdote James Kurzynski, que colabora con el Observatorio, destaca a Hildegarda de Bingen, a quien Benedicto XVI nombró doctora de la Iglesia. Esta mujer que vivió entre el siglo XI y XII intercambió correspondencia con reyes y papas, y además de santa fue filósofa, música, botánica, mística y astrónoma. Por eso, dejó escrita una teoría sobre el origen y la estructura del universo. Y aunque sus teorías han sido ampliamente superadas, en su tiempo fue escuchada y admirada por los más poderosos de su tiempo, que rivalizaban por contar con sus consejos.

Precisamente hace pocos días han comenzado los Cursos de Verano del Observatorio Vaticano. Entre sus profesores hay varios hombres y mujeres. Y entre sus alumnos, astrónomos del futuro, a nadie le extraña que ellas sean mayoría.

FUENTE: ABC.ES

Comentarios

Entradas más populares de este blog

1978: Comandante de una nave extraterrestre se entrevista con cónsul ecuatoriano

A nivel internacional diversos investigadores se han enfrascado en la elaboración de posibles protocolos para recibir a los extraterrestres, por lo que se estudian varias posibilidades para la entrega de información y de tecnología. Sabemos por las diversas desclasificaciones de documentos OVNI que para los Gobiernos es un tema que en lo público lo ridiculizan, pero en lo privado les preocupa. El caso que más llamó la atención en América del sur y que pone de manifiesto el interés de algunos alienígenas en mantener comunicación con los gobiernos sucedió el 4 de agosto de 1978 a las 18:30 horas en la embajada de Ecuador en Lima, Perú, cuando se presentó el comandante de una nave extraterrestre de nombre Banghu, quien pidió, sin éxito hablar con el representante ecuatoriano. Al día siguiente llegó un “requerimiento secreto” proveniente del Ministerio de Defensa de Ecuador a esa embajada para solicitar el número de tanques de guerra que desembarcarían en el puerto del Callao, el más im

Narciso Genovese: "Yo he estado en Marte"

Nacido en Turín, Italia, en 1911, Narciso Genovese emigra a la república de El Salvador y más tarde se traslada a México donde termina por radicar en la ciudad de Tijuana. Desde mediados de los años cincuenta comienza a publicar libros. Entre sus obras más importantes figuran: "Yo he estado en Marte" (1958) y "La Nueva Aurora" (1970). No hay que olvidar los manifiestos universales que publica en esas fechas como: "Jesucristo Hombre" y "La hecatombe y la paz"., que buscan ser alertas contra la guerra nuclear y la deshumanización de los seres humanos. En 1965, Ruben Vizcaíno Valencia funda la Asociación de Escritores de Baja Califonia e invita a Narciso Genovese a formar parte de ella. Se hace famoso con su obra "Yo he estado en Marte". En la primera edición acepta que su obra es “la cristalización de una fantasía novelesca de ciencia ficción”, pero en 1966, en su segunda edición en español (hay una traducción al alemán de 1964), decl

¿No aparece la Nueva Física? Usemos la fuerza bruta

Simulación de un choque de partículas en el LHC - CERN Los métodos convencionales no han producido ningún descubrimiento desde el hallazgo del bosón de Higgs en 2012. Los físicos del LHC quieren cambiar esta situación José Manuel Nieves @josemnieves Han pasado ya seis años desde el descubrimiento del bosón de Higgs y la Física, desde entonces, parece haber entrado en un incómodo impasse. Tras casi 50 años de búsqueda, el hallazgo en 2012 de la esquiva partícula cuya existencia fue predicha por Peter Higgs en 1964 completó el Modelo Estándar y cerró un capítulo importante en nuestra comprensión de la materia y las leyes que la gobiernan. Pero el Modelo Estándar, la teoría que reúne a todos los componentes de la materia junto a las interacciones a las que están sometidos, deja sin explicar cuestiones importantes, entre ellas la gravedad, cuya partícula asociada, si es que existe, jamás ha sido descubierta, la materia y la energía oscuras o la inexplicable falta de antimateria en