Los habitantes del Chaco salteño coinciden al decir: “Se trata de una especie de mono gigante, de olor fétido”. Una exconcejala de la zona, Pascuala Alzogaray, pidió a la Policía que lo busque, ya que “todos estamos con miedo”...
Gauchos y aborígenes de La Unión, un municipio rodeado por el espeso y peculiar monte del Chaco salteño, 450 kilómetros al nordeste de la capital provincial, en el departamento de Rivadavia, están anonadados y piden ayuda a las autoridades: desde hace tres meses los puesteros de la zona no tienen paz, ya que un extraño ser -peludo-, de aspecto humanoide, que se desplaza en dos patas y mide 1,70 metros aproximadamente- ronda sus puestos. “Es el Ucumar”, aseguran, al hacer mención al mítico mamífero desconocido, siempre visto pero jamás capturado que, como el Yeti del Himalaya, suele ser visto por las zonas selváticas salteñas.
En la banda sur del río Bermejo, hay decenas de testigos que cuentan sus encuentros con el extraño ser. Un gaucho lo siguió y hasta tomó fotografías de sus huellas, pero no pudo hallarlo.
Pascuala Alzogaray, quien fuera hasta hace dos años concejala por el municipio de La Unión, fue quien, el 3 de este mes, puso en alerta a la Policía de la presencia del animal. Cabalgó 25 kilómetros desde el paraje El Carmencito, cerca de la finca El Divisadero, para pedirles a los policías del destacamento que hicieran algo.
Al día siguiente, los efectivos rastrillaron la zona, pero solo recogieron testimonios. “Mucha gente ha visto al bicho”, dijo un cabo.
“Mis hermanos, mis padres y todos los que habitan estos recónditos lugares me pidieron que hiciera público su temor ante la recurrente aparición, en horas de la noche, de una criatura desconocida, cubierta de cerdas negras, como las de un chancho del monte, aunque este se desplaza en dos patas y tiene la forma de un humano con brazos largos, boca ancha, dientes prominentes y un olor fétido que apichona hasta a los perros” dijo Pascuala ayer a El Tribuno. “Parece que no es agresivo pese a su aspecto terrible, pero la gente está con miedo. Tengo en mi celular decenas de mensajes de aborígenes y criollos, dándome cuenta de los avistamientos”, señaló.
En El Carmencito, los periodistas entrevistaron a María y Marta Acosta, dos hermanas de la etnia wichi, y al gaucho Rolando Díaz, quienes aseguran haberlo visto.
“El otro día sentimos un ruido frente al rancho -contaron las mujeres-. Salimos a ver y divisamos una figura rara. Era de noche. Pensamos que era el patrón, pero al acercarnos, casi nos morimos: era un ser raro, cubierto de pelo, muy hediondo, con olor a suela quemada. Nos miraba y tenía los ojos tristes”, coincidieron. “Luego, huyó y los perros no lo siguieron”, apuntaron.
Rolando, el gaucho, que usa sombrero, guardamontes y facón, iba hacia el rancho de María y Marta en bicicleta, cuando lo vio aparecer.
“Esto no es broma, amigo. Conozco todos los animales que hay acá, pero esta criatura no es del lugar. Te aterroriza su mirada y su posición erguida hace presumir que bajo sus cerdas se esconde un ser fornido. Lo vi, lo intenté seguir, pero los perros lloraban, más asustados que yo. Dos días después, otro puestero se enfrentó con él frente a su rancho. Dijo que lo había mirado y él hizo lo propio, tras lo cual emitió un sonido extraño y escapó. El fue quien le pidió a Pascuala que hiciera algo”, relató Rolando Díaz.
YO LO VI CON MIS PROPIOS OJOS
“Yo lo vi con mis propios ojos. Es un ser antropomorfo, fuerte, muy alto, cubierto de pelos, tal como lo describen los puesteros de Rivadavia”, dijo ayer a El Tribuno el comandante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Rosario de la Frontera, José Exequiel Alvarez, un estudioso de este extraño fenómeno y quien busca al mítico ucumar desde 2006, cuando la Ciudad Termal fue escenario de numerosas apariciones del humanoide, que se extendieron hasta 2009.
“El primer avistamiento ocurrió el 13 de febrero de 2006, en la zona del arroyo Salado, cerca del Hotel Termas. Una pareja estuvo frente a frente y lo describieron como un gorila de cerca de dos metros de altura y con un olor nauseabundo”, contó.
“Luego, las apariciones se sucedieron. Las tengo todas documentadas. Son 33 en total y la mayoría de ellas fue reproducida por El Tribuno. A tal punto, que el criptozoólogo norteamericano Henry Wallas viaja continuamente a esta ciudad para estudiar el fenómeno. Todo parece indicar que el animal habita en la espesura que circunda la zona termal local”, señaló Alvarez. “Yo lo he visto, como muchos, y es impresionante”, finalizó
YO RASTREE SUS HUELLAS
Francisco Alzogaray, un gaucho cazador de la zona, siguió los pasos del humanoide misterioso. “Ya sé -dijo en la puerta de su rancho-: vinieron por las huellas del Ucumar. Tengo fotos y un video, aunque este último hay que recuperarlo de la memoria de mi celular. Yo, hasta hace poco, era un crítico de estos cuentos, que tienen más años que nuestra familia en la costa del río, pero hace unos días, cuando venía de La Unión con mi madre, casi a dos kilómetros de aquí, a las 9, vi en la picada unas huellas extrañas. Quedé atónito, no eran humanas, aunque se parecen.
Las seguí y llegué a las barrancas del río y allí se pierden. Para que no me tomasen por embustero, las fotografié y las filmé. Analizamos con mis hermanos y primos las imágenes. No sabemos de qué animal son esos rastros, aunque parecen ser de una especie de mono grande, de la medida de un pie humano de 39 o 40, pero muy ancho de talón, más fino en la parte de sus dedos, supuestamente por los surcos que hay al frente de cada pisada. El propietario de esas patas parece ser poseedor de uñas poderosas, fuertes como garras. Yo seguí buscando días posteriores y volví a hallar otras huellas similares cerca de una profunda cueva en la que puede entrar, agachado, un hombre grande”, relató.
NO QUEREMOS MATAR AL UCUMAR SINO ATRAPARLO PARA QUE SEA ESTUDIADO
10.08.12 Policías de La Unión están seguros de que se trata de un mono traído por la última crecida del río Bermejo.Los efectivos no tienen dudas sobre la existencia del extraño ser y se preparan para darle captura.
La misteriosa aparición de una criatura de aspecto humano en los bosques ribereños de La Unión, 450 kilómetros al nordeste de la capital provincial, tiene en vilo a los puesteros de la zona, en su mayoría ganaderos, sin que hasta el momento se haya aclarado de qué tipo de animal se trata.
Policías del destacamento de la alejada localidad del departamento Rivadavia aseguraron ayer a El Tribuno que no tienen dudas de la existencia de la bestia, pero que la misma no es sobrenatural. “Sería -dijeron- un ejemplar gigante de mono carayá o aullador, posiblemente haya llegado hacia estas costas después de haber navegado durante kilómetros aguas abajo por el río Bermejo”.
Los uniformados, todos oriundos de la zona, fueron concretos: “Uno de los afluentes del cauce atraviesa una inmensa selva tropical en Bolivia y estamos seguros de que el misterioso animal se acerca a los ranchos y a las taperas de los aborígenes porque ya no encuentra alimento en los bosques ribereños”, aseguró el cabo Jorge Torres”.
En tanto la agente Juana Juárez, en consonancia con su colega, dijo que “de los datos recogidos en las tres incursiones que hizo el personal de ese destacamento en la costa del Bermejo, a pedido de la gente y por las fotografías de las huellas que la criatura dejó en la arena y que fueron captadas por un gaucho, más la descripción que realizó un ganadero, en cuanto al gutural y lastimero aullido que lanza la bestia, pensamos que se trata de esa especie de simio”.
Por su parte, el sargento Ricardo Alzogaray, nacido en estos bosques y cuyo familiares son los principales testigos de las apariciones del humanoide, dijo: “La veracidad de los relatos y la seriedad de estas personas no están en tela de juicio. Nos han llamado familias que jamás nos hicieron una queja, y gauchos y criollas que no pierden el tiempo con bromas”, dijo. “Las mujeres aborígenes que dicen haberlo visto son respetables vecinas costeñas. Por eso fuimos a inspeccionar. Lamentablemente la espesura del monte nos ganó la pelea. Debiera venir personal idóneo para ayudar a la captura de esta criatura, que seguramente está sufriendo y que de ninguna manera queremos matar”, reflexionó el sargento, mientras sus compañeros de trabajo en el Chaco salteño asentían.
FUENTE: http://www.eltribuno.info/jujuy/
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