Los científicos han dedicado mucho tiempo a detectar las galaxias enanas tenues que orbitan nuestra propia galaxia. Por este motivo, ha sido una sorpresa aun mayor que un equipo de astrónomos, utilizando la óptica adaptada del telescopio Keck II, acaba de anunciar el descubrimiento de una galaxia enana a medio camino a través del universo.
La galaxia enana recién descubierta por la doctora Javier Vegetti y sus colegas del MIT (Instituto Tecnológico de Massachussetts) es un satélite de una galaxia elíptica a casi 10.000 millones de años luz de distancia de la Tierra. Fue descubierto cuando se estudiaba cómo una galaxia masiva elíptica, denominado B1938 JVAS + 666, sirve como lente gravitacional de la luz de una galaxia más lejana directamente detrás de ella. Su descubrimiento ha sido publicada en la edición en línea 18 de enero de la revista Nature.
Al igual que todas las galaxias elípticas supermasivas, la gravedad de JVAS B1938 + 666 puede desviar la luz que pasa por ella. A menudo, la luz de una galaxia de fondo se deforma en un arco alrededor de la galaxia lente y, a veces forma lo que se llama un anillo de Einstein. En este caso, el anillo está formado principalmente por dos imágenes de lente de la galaxia de fondo. El tamaño, la forma y el brillo del anillo de Einstein depende de la distribución de la masa a lo largo de la galaxia-lente en primer plano.
Vegetti y su equipo obtuvieron una imagen extra aguda en el infrarrojo cercano de JVAS B1938 + 666 mediante el uso del telescopio de 10 metros Keck II y su sistema de óptica adaptativa, que corrige los efectos borrosos de la atmósfera terrestre, y ofrece imágenes increíblemente nítidas. Con estos datos, claramente determina la distribución masiva de JVAS B1938 + 666, así como la forma y el brillo de la galaxia de fondo.
Los investigadores utilizaron una técnica numérica sofisticada para obtener un modelo de masa de la galaxia lente, así como para trazar una masa lente en exceso que no puede ser explicada por la galaxia. Lo que encontraron fue un exceso de masa cerca del anillo de Einstein que se atribuye a la presencia de un satélite, o galaxia enana. El equipo de Vegetti también utilizó un modelo de análisis por separado para comprobar el exceso de masa detectado. Encontraron que una galaxia satélite es de hecho necesaria para explicar los datos.
"Esta galaxia satélite es muy importante porque se detectó el exceso de masa a pesar de su baja masa", comentó Robert Schmidt, del Centro de Astronomía de la Universidad de Heidelberg, en un artículo relacionado en Nature. "Una pregunta natural es si las galaxias satélite se pueden observar directamente y no por su efecto gravitatorio sobre la forma de un objeto de fondo. Con la instrumentación actual, la respuesta es no. El objetivo está simplemente demasiado lejos para ser captado directamente. Pero este descubrimiento muestra que es posible detectar estos esquivos objetos alrededor de las galaxias distantes sin saber dónde buscarlos".
Galaxias como esta se cree que se formaron hace miles de millones de años a través de la fusión de muchas galaxias más pequeñas. Por lo tanto, se espera que haya muchas pequeñas galaxias enanas zumbando alrededor de la Vía Láctea. Sin embargo, las pocas de estas diminutas reliquias que se han observado han llevado a los astrónomos a la conclusión de que muchas de ellos deben tener muy pocas estrellas o, posiblemente, puedan estar formadas casi exclusivamente de materia oscura.
"Podría ser que muchas de las galaxias satélite están hechos de materia oscura, y por eso son tan esquivas de detectar, o puede haber un problema con la manera en que pensamos que se forman las galaxias", dice Vegetti.
FUENTE: ep
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