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Las misteriosas muertes del paso Dyatlov


Tumba de los fallecidos.
El paso Dyatlov

En enero 1959 un grupo de experimentados esquiadores rusos del Instituto Politécnico Ural, emprendió una aventura hacia la cordillera montañosa de los Urales. Durante el viaje, el 28 de enero, Yury Yudin enfermó por el clima y permaneció reposando en Vizhai, el último pueblo antes de la montaña. A pesar de la pérdida de un miembro, el líder del grupo, Igor Dyatlov, decidió continuar con el viaje y así cruzar el paso de la montaña Kholat Syakl, ubicada en los montes Urales.

Cuando Yury se despidió de Igor, este le dijo que regresaría un poco después de la fecha prevista el 12 de Febrero. El brusco clima obligó al grupo a desviarse de su curso, para formar un campamento donde esperaría que las condiciones mejoren. Los diarios encontrados hasta ese momento muestran que los excursionistas montaron el campamento el 2 de febrero, donde decían que el grupo disfrutaba de su estadía en una pendiente de los Urales, actualizaban sus cuadernos y tomaban fotografías con regularidad.
Misteriosamente durante la media noche los aventureros salieron de sus tiendas de campaña a toda prisa, dejando a un lado sus esquís, raciones y abrigos, para enfrentarse a una temperatura de -30º Celsius vistiendo solamente sus prendas para dormir. En esas condiciones los viajeros se adentraron en una zona boscosa donde no tenían oportunidad de sobrevivir.

Días después los padres de los jóvenes se preocuparon por su tardanza y el 20 de febrero de 1959 enviaron un grupo de rescate que halló una inquietante y extraña escena. Después de la investigación, los confundidos oficiales cerraron el caso de los alpinistas muertos como archivo secreto, cuyas víctimas perecieron por una fuerza desconocida. Hoy por hoy de desconoce con exactitud que pudo obligar a estos expertos alpinistas a tener tanto miedo que prefirieron la muerte congelados al peligro al que se enfretaron aquella noche.

Lyudmila Dublinina abrazando a Yuri Yudin cuando tuvo que abandonar el grupo.

Campamento abandonado.
Enigmática evidencia

La escena fue revisada un día sábado y tras medio siglo sus eventos siguen siendo un misterio en los Urales. Gracias a los registros escritos de los aventureros se pudieron conocer sus últimos momentos, sin embargo en la década de los 90, fue revelada nueva información sobre el misterioso caso. En la actualidad, amigos y familiares de los fallecidos aún buscan la verdad sobre lo que sucedió esa noche.

Los diarios describen el momento en que acampan en una pendiente del monte Kholat-Syakhl, una montaña próxima a Otorten. A partir de las 5:00 de la tarde el grupo ya tenía su campamento armado, de acuerdo con Yury Yudin, Igor escogió ese lugar para no desviarse de la ruta planeada, aun cuando a sólo 1.5 kilómetros cuesta abajo se encontraba un bosque que los habría protegido mejor de los elementos. Es por eso que cuando se formaron grupos de rescate de profesores, estudiantes y la policía utilizando helicópteros para ayudar en la búsqueda no encontraron a los alpinistas en las ubicaciones "lógicas" y eso retrasara la búsqueda.
Nada los preparó para una escena sin mucho sentido cuando Mikhail Sharavin descubrió el campamento el 26 de febrero. Cuando las autoridades llegaron, se dieron cuenta que la tienda de campaña estaba rasgada y cubierta por la nieve, sin embargo no había nadie dentro. Las pertenencias de los excursionistas se encontraron esparcidas por todo el campamento.
Las pistas que los investigadores encontraron mostraban que la tienda había sido rasgada desde dentro, también se descubrieron pisadas de 9 personas, de las cuales 2 víctimas usaban calcetines, otro vestía 1 zapato y el resto estaba descalzo. Las huellas de los aventureros tenían más de 1 metro de profundidad, los investigadores comprobaron que las pisadas eran de los miembros del grupo y no habían aparecido nuevas personas en el campamento. El lugar tenía los restos de una fogata y las ramas de un árbol estaban rotas de tal forma que sólo pudo ser porque uno de los aventureros lo escaló. Las pisadas guiaron la investigación hacía una pendiente cerca de un bosque de pinos, pero estas desaparecieron después de 500 metros. El joven Sharavin encontró los primeros 2 cuerpos en la entrada del bosque. Los cadáveres de Georgy Krivonischenko (24) y Yury Doroshenko (21), estaban descalzos y sólo vestían su ropa interior.

Los cuerpos de Igor Dyatlov (23), Zina Kolmogorova (22) y Rustem Slobodin (23), fueron encontrados entre el bosque y el campamento. La posición en la que cayeron sugiere que estaban regresando al campamento. Cuando revisaron los cuerpos descubrieron que los 5 habían muerto por hipotermia, sin embargo el cuerpo de Slobodin tenía el cráneo fracturado. Aunque la herida no era mortal fue suficiente para que las autoridades inicien una investigación criminal. Las autopsias no revelaron evidencia que relacionen las muertes con un crimen.

Fotografía encontrada en uno de los rollos de película encontrados en el campamento. Los esquiadores establecen su campamento a las 5 de la tarde del 2 de Febrero de 1959. Esa misma noche sucedió algo que acabó con sus vidas
Tras 2 meses más de búsqueda encontraron a los esquiadores faltantes, quienes fueron descubiertos bajo 4 metros de nieve a 75 metros lejos del bosque. Los cadáveres de Nicolas Thibeaux-Brignollel (24), Ludmilla Dubinina (21), Alexander Zolotaryov (37), y Alexander Kolevatov (25), evidenciaban muertes traumáticas. El cráneo de Nicolas estaba quebrado, mientras que Dubinina y Zolotarev tenían múltiples costillas rotas. Lo más escalofriante fue cuando descubrieron que a Dubinina le faltaba la lengua.

Los cuerpos no mostraban heridas internas y los 4 jóvenes vestían prendas de sus compañeros que murieron primero. Por ejemplo Zolotaryov usaba el gorro y abrigo de piel de Dubinina, mientras que el pie de Dubinina estaba envuelto con un trazo del pantalón de Krivonischenko. Finalmente los expertos revisaron minuciosamente la ropa y descubrieron que contenía varios niveles de radiación. Extrañamente la investigación fue cancelada debido a que no había un culpable y los archivos del caso fueron escondidos como secreto. Como prevención se prohibió la entrada a los esquiadores y exploradores por 3 años.

Fragmento de metal que se supone puede pertener a alguna prueba militar.
Teorías sobre la verdad

Hoy en día la fundación Yekaterinburg-Dyatlov busca solucionar el misterio de la montaña, explicó el director Yury Kuntsevich, quien recuerda que cuando tenía 12 años se hablaba mucho sobre el tema, pero las autoridades trataron de esconder el terrible evento.

Los Mansi

La primera teoría en ser estudiada fue la presencia de los Mansi, indígenas nativos de la región, quienes pudieron atacar a los jóvenes esquiadores por entrar en sus tierras sin permiso. Esta idea fue descartada debido a que no se encontró evidencia que la respalde, nunca se encontraron huellas de otras personas distintas a los esquiadores de la expedición. Además estudios previos de la cultura Mansi mostraron que las tierras de Otorten y Kholat-Syakhl en las que se desencadenaron los hechos no eran considerados como lugares sagrados.
Finalmente intervino el doctor Boris Vozrozhdenny, quien tras examinar los documentos del caso afirmó que las heridas que mataron a los esquiadores no pudieron ser infligidas por un hombre, debido a que dichas heridas eran equivalentes a los efectos de un choque automovilístico, pero no dañaron el tejido superficial de su piel cosa totalmente imposible de lograr con un objeto contundente o ningún arma humana de la época.
Las esferas brillantes

Esta historia fue la que más evidencias tenía, así lo afirmó Lev Ivanov, el director de la investigación en 1959, quien en 1990 dio una entrevista al diario Leninsky Put de Kazakh. El viejo jefe confirmó haber recibido órdenes de los oficiales superiores de la región, los mismos que le ordenaron terminar la investigación y clasificar las evidencias como secreto. Esto se debió a los múltiples reportes recibidos de testigos, militares y personal del clima, que confirmaron haber visto esferas brillantes ese año durante el mes de febrero hasta marzo.

Los documentos desclasificados mostraban apuntes del diario de Igor Dyatlov, texto que hablaba sobre la presencia de esferas naranjas que flotaban en el cielo nocturno en dirección al monte Kholat-Syakhl.

En ese entonces, Ivanov creía que durante la noche, uno de los esquiadores salió, se asustó al ver las esferas y sus gritos despertaron al resto. Los primeros 5 exploradores murieron por una explosión causada por una de estas armas experimentales. Para apoyar esta teoría se utiliza como prueba que las ropas de los fallecidos tenían niveles de radiación y también sus caras tenían un bronceado marrón, algo inusual, se habla también de que el color del pelo de algunas víctimas había cambiado a un tono gris y que era probable que hubiesen quedado ciegos.

Después del funeral, Yury Yudin (el hombre que abandonó la expedición al enfermar) y Yury Kuntsevich seguían la pista de qué sucedió con las investigaciones y porqué se escondieron las evidencias, este secretismo respaldaba la posibilidad de que los 9 esquiadores se adentraron en territorio de pruebas militares. Sin embargo no había rastro de explosiones en ningún lugar del área de Kholat-Syakhl.

De izquierda a derecha, Lyudmila Dublinina, Rustem Slobodin, Alexander Zolotaryov and Zina Kolmogorova.
El historiador de misiles soviéticos, Alexander Zeleznyakov realizó varias investigaciones, pero no encontró registro de ningún lanzamiento durante esa fecha.

Sin embargo el 2 de febrero de 2008, un grupo de 6 socorristas y más de 30 expertos se reunieron en el lugar para examinar los hechos y encontrar respuestas. Tras investigar el sitio concluyeron que las muertes fueron causadas accidentalmente por pruebas militares ya que encontraron varios restos metálicos que podrían pertenecerr a algún tipo de misil.

El evento que ocurrió en el este sendero le otorgó el nombre de “El paso Dyatlov” en honor a los 9 esquiadores que perecieron ante estas circunstancias. El accidente fue horroroso, pero hasta la fecha no se ha podido mas que especular si la tragedia se produjo por culpa de un accidente militar y la mala suerte de unos jóvenes que estuvieron en el lugar y hora equivocada.



FUENTE: Luis Alberto Baynham/Argentina

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