China ha efectuado el primer lanzamiento espacial del año y con él ha inaugurado una nueva serie de satélites dedicados a la observación de la Tierra para tareas civiles. El Ziyuan-3A (ZY-3A) partió desde la base de Taiyuan a las 03:17 UTC del 9 de enero, a bordo de un cohete CZ-4B.
Aunque no hay muchos detalles de su configuración, los ZY-3, de 2.630 kg de peso, transportan tres cámaras de alta resolución para tareas de mapeado geológico. Se trata de cámaras pancromáticas, que vienen acompañadas por otra multiespectral en el rango infrarrojo.
Conforme el satélite avance a lo largo de su órbita heliosincrónica polar, a unos 500 km de altitud, podrá observar casi cualquier zona de la superficie terrestre. Una cámara central fotografiará lo que se halle inmediatamente bajo la trayectoria, con una resolución de unos 2,1 metros. Las otras dos cámaras ópticas, una delante y otra detrás, harán lo propio mostrando, con una resolución de hasta 3,5 metros, el paisaje frontal y trasero encontrado por el vehículo. Combinando los diferentes ángulos se obtendrán imágenes estereoscópicas de los objetivos. Por su parte, la cámara infrarroja obtendrá información adicional con una resolución de hasta 6 metros. El satélite pasará sobre un determinado punto una vez cada cinco días, permitiendo acumular información sobre los cambios experimentados.
Se espera que los datos puedan servir para levantar mapas de utilidad agrícola, reducción del riesgo ante desastres naturales, controlar el uso del suelo, etc. La tarea se efectuará durante un período de 4 a 5 años.
El lanzamiento supuso también la colocación en órbita de un microsatélite llamado VesselSat-2. Formará parte de una constelación de tres ingenios equipados con sensores AIS para identificación automática, los cuales se aprovechan en alta mar. Los VesselSat pesan 28 kg y son propiedad de la empresa LuxSpace Sarl, de Luxemburgo, que los integrará en el sistema Orbcomm.
FUENTE: http://noticiasdelaciencia.com
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